¿Quién no se ha sentido herido alguna vez por palabras mal dichas? ¿Quien por alguna frase bienintencionada no se ha sentido el más feliz del mundo? Las palabras tienen el poder de cambiar tu estado de animo, de herirte o sacarte una sonrisa, de hundirte o sacarte del hoyo. ¿Por qué entonces no dedicar buenas palabras a aquellas personas a las que queremos? ¿Por qué normalmente la tomamos con aquellas personas que siempre están ahí y las herimos con aquello que sale de nuestra boca? Aprendamos de nuestros errores, de vez en cuando a aquellas personas que están ahí necesitan que les digamos algo amable que los levante de su caída. ¿Por qué no dárselas?
Que bonita frase, las palabras tienen un inmenso poder, es verdad. Gracias por la entrada!
ResponderEliminarDe nada! Me alegra un montón que te gustara.
EliminarBesitos! ♥♥